El currículum de Educación Física siempre ha pretendido trabajar destrezas y capacidades, tanto motrices como sociales o cognitivas, a través de diferentes actividades. No encasilla contenidos en un deporte concreto, somos los profesores los que decidimos con qué y cómo se lo planteamos a nuestro alumnado, es decir, qué actividades y que metodologías utilizaremos. Y esto, ha evolucionado mucho en la última década.
Ya se había venido optando por darle un vuelco a la materia; junto con las herramientas clásicas introducimos además metodologías activas donde el alumno cobra el máximo protagonismo en su proceso de enseñanza aprendizaje, dándole la máxima autonomía posible, siempre maximizando la motivación, dentro de los estándares de seguridad, tanto física como a nivel de salud.
Los principios metodológicos de individualización y accesibilidad se han convertido en el centro de la Educación Física; la mayor competición debe ser consigo mismos, importa mucho más el punto de partida y el punto al que llega cada uno, que las medias y las modas de una marca de tiempos en velocidad. E importa mucho más que todos puedan participar en los contenidos con sus capacidades y situaciones personales. Además, a nivel competencial también se desarrolla el pensamiento crítico y el conocimiento de la realidad.
Y ha tenido que llegar una pandemia mundial para darnos cuenta de que, con nuestro cuerpo y nuestro cerebro somos capaces de hacer todo lo que nos propongamos. Al inicio del curso 2020-2021, se nos planteaba un gran problema en el área de Educación Física ¡NO PODEMOS COMPARTIR MATERIAL! y aquí es cuando empezó a trabajar algo muy importante: LA IMAGINACIÓN.
En Primaria, nos planteamos un curso en el que ir modificando normas y reglas de juegos para adaptarlos al protocolo Covid y también comenzamos la autoconstrucción de diferente material deportivo y lúdico que se adaptara a esta nueva situación, coordinándonos con los respectivos profes de Arts de todos los cursos.
Se han elaborando unas raquetas de tenis con unos pliegos de cartón y, eso sí, mucha imaginación para decorarlo. También hemos creando nuestras propias pelotas; tan fácil como enrollar varios trozos de papel con forma esférica, precintándolos con celofán para darle consistencia y a la vez, poder ser desinfectadas.
Siguiendo con la autoconstrucción, hemos creado raquetas de bádminton utilizando un par de perchas de alambre como estructura y una media (bien tensada) como cordaje. Y hemos diseñado también unos frisbees compuestos por dos tapas de cartón y en su interior unos palitos de madera que le dan consistencia y hacen que el vuelo sea más estable.
En Secundaria, hemos intentado aplicar esa visión global, accesible e innovadora de la Educación Física a través de diferentes acciones como desarrollo de una versión lúdica del esgrima, a través de churros, aumentando la seguridad, la distancia, y la motivación ante algo novedoso. Práctica de dos disciplinas de un mismo deporte, hockey clásico y su versión adaptada para deportistas con discapacidad, llegando también a un mejor conocimiento del auténtico valor del “deporte para todos”. Se han realizado actividades coreográficas añadiendo actividades como Yoga, Aeróbic, Body Combat e incluso Body Pump. Se han incluido también juegos como el Among Us; una versión para Educación física donde, por estaciones, pueden trabajar prácticamente cualquier contenido mientras interactúan y debaten entre ellos en un proceso de investigación para encontrar a algunos “infiltrados”.
También se han combinado contenidos de Primeros Auxilios con actividades teatralizadas de improvisación, consiguiendo un aprendizaje significativo sobre una realidad artificial. Se han unido diferentes deportes, creando uno propio, añadiéndole interpretaciones, llevando a cabo una unidad de gamificación y juego de rol, con su propia hoja de personaje, que desarrolla la empatía y un abanico muy amplio de destrezas. Y por último, se han modificado las clásicas pruebas físicas como el famoso test de resistencia Course Navette Cooperativo, en grupo donde cada uno recorre una distancia diferente en función de sus capacidades, al ritmo de una música aprendiendo a cooperar y compartir el esfuerzo.
En definitiva, en este curso, nos hemos reinventado y ante la adversidad nos hemos hecho más fuertes; todo esto nos ha ayudado a entender mejor, que realmente no es “gimnasia” lo que realizamos cada día, sino que es un aprendizaje mucho más global y recoge muchos más aspectos que los meramente físicos; saber correr, saltar, girar, lanzar…está muy bien, pero si además lo hacemos con imaginación, inteligencia, cooperación, socialización e inclusión…. Es cuando le damos verdadero sentido a la EDUCACIÓN FÍSICA.
