Como sabéis, una parte fundamental de la asignatura de Música es el aprendizaje de un instrumento.
Tras la pandemia, nuestro centro apostó por incluir la práctica del ukelele en las aulas de Primaria y Secundaria. El ukelele es un instrumento fácil y divertido pero como todos los instrumentos necesita disciplina y dedicación. Con 10 minutos al día, todos los días, será suficiente para lograr superar con éxito los objetivos del curso propuestos.
Compartimos con vosotros y vosotras un artículo donde se explica minuciosamente todos los beneficios de tocar un instrumento musical:
¿Por qué es bueno aprender a tocar un instrumento musical?
La relación que existe entre el manejo de un instrumento musical y una mejor adaptación del sistema nervioso es algo que se ha estudiado desde hace años. Como muestra están los trabajos de la investigadora Brenda Hanna-Pladdy, de la Universidad Emory en Atlanta y de Carolyn Phillips, exdirectora de la prestigiosa orquesta Norwalk Youth Symphony.
Estas investigaciones coinciden en que, además del enriquecimiento cultural que conlleva esta actividad, se consiguen los beneficios que a continuación enumeramos:
1. Mejora las capacidades cognitivas
El tocar un instrumento musical nos ayuda a optimizar los procesos cognitivos, los cuales son los encargados de la ejecución de la comprensión, atención, pensamiento y memorización.
Tener el hábito de practicar con regularidad provoca que al llegar a la vejez el deterioro del sistema nervioso sea menos grave.
2. Ejercita el sistema psicomotriz
Sea cual sea el instrumento de tu predilección, el uso de las articulaciones de tus dedos y manos son las herramientas necesarias para crear las más agradables melodías.
Por lo que, mientras desarrollas una nueva habilidad musical, al mismo tiempo realizas ejercicios de movilidad que fortalecerán tus huesos y serás menos propenso a sufrir de enfermedades como artritis o artrosis.
3. Aumenta tu coordinación
Resulta muy gratificante darse cuenta de haber logrado la destreza de coordinar tus movimientos para que el instrumento suene con una armonía perfecta después de practicar por un determinado tiempo.
Superar este reto te motiva a conseguir cualquier objetivo que te plantees si tienes el enfoque correcto.
4. Agudiza la capacidad auditiva
Dado a la gran variedad de tonos que un instrumento puede producir, quien se dedica a tocarlo va adquiriendo nociones para diferenciarlos.
En su máxima expresión es lo que conocemos como oído absoluto, una habilidad que solo pocos poseen. Sin embargo, ir aprendiendo a educar el oído resulta beneficioso al experimentar una mayor capacidad auditiva.
5. Incita a desarrollar la creatividad
La música brinda esa oportunidad de expresarse libremente. Es así que la variación de unos acordes o partituras a la estructura puede generar un ritmo totalmente diferente.
Tener ese mar de posibilidades se transmite también a la vida diaria, pues una persona con conocimientos musicales tiende a buscar más de una solución a una problemática, activando así su creatividad y agilidad mental.
6. Mejora el estado de ánimo
Dicen que la música es medicina para el alma, y está científicamente comprobado que con ella se puede combatir padecimientos como la ansiedad o la depresión, tal como lo afirma un artículo de la revista Muy Interesante al aligerar el estrés.
Debido a que sirve como un regulador de las emociones, los efectos son verdaderamente sorprendentes. ¡Imagínate lo bien que se siente sacar tu lado artístico al tocar un instrumento musical!
7. Un puente de socialización
El siguiente paso después de decidirse a aprender a tocar un instrumento probablemente sea inscribirse a clases en una escuela especializada para desarrollar tu talento.
La ocasión para crear vínculos con compañeros y maestros puede ser una grata experiencia. Existen largas amistades que surgieron del gusto musical.
8. Fomenta la adaptación a cambios
Como mencionamos anteriormente, en la música se le da mucho valor a la creatividad, por lo que cada día se va reinventando dando lugar a nuevas tendencias.
Esto ocasiona la disposición a adaptarse a los cambios que vayan surgiendo, desarrollando así la plasticidad del cerebro a la aceptación de factores que rompen con lo establecido, incluso en otros campos de la vida, en aquella persona que toca un instrumento con mayor facilidad.
Mirad las caras de concentración de nuestro alumnado! Derrochan potencial y una gran habilidad!